lunes, 12 de diciembre de 2011
¡Hola Francesca! (al unisolo del grupo de personas con problemas de cualquiera sea la índole, buscando un refugio en aquella sala). Tomas tu asiento y ahi es cuando me limito a pararme y hesitar un poco con la voz algo confusa. Hola, me llamo Emilia y no puedo aceptar responsabilidad alguna... Siento un silencio intenso y pesado sobre mis hombros y por un momento, los problemas que agobiaban mi almohada no resultaban tan terribles comparados con los de aquellas miradas desconcertadas... solo me resta sentarme y respetar aquellas almas con ausencia de luz.
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